7/13/2013

ESLOVENIA 2013

Día 1



Día más largo del viaje en kilómetros y además estaba prevista lluvia en Grenoble por la tarde. Para un hotel que pillo con piscina, resulta que nos va a llover.
Una vez más en Francia decepcionados por lo mal que se lo montan en las autopistas (ni idea de cuántos peajes hay que pasar desde Bilbao): para coge el ticket, para paga, para coge el ticket, para paga...la de combustible que no se ahorrarían cobrándote sólo una vez, desde que entras hasta que sales, por lo menos las motos pagan casi la mitad que los coches. 
Se nota que no es agosto y hay menos tráfico, aún así aburrimiento máximo.

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Y a dormir que mañana tocaba madrugón. Hasta aquí el día






Día 2




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Tuvimos la mala suerte de coincidir esos días con el Tour de Francia, estaba Grenoble a tope (equipos, organización, etc.) y todas las carreteras que nos gustan iban a sufrir algún cierre temporal durante el día, así que no arriesgamos y fuimos por autopista todo el día.

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Para nuestro disgusto fuimos por una serie de túneles que además de largos y aburridos, iban subiendo dentro la temperatura hasta 10º. Frejus creo que se llamaba llegó a ser muy agobiante.


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Por fin estamos en Italia y ya sólo queda ir haciendo kilómetros y kilómetros.

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Las autopistas Italianas por lo menos no son tan cansinas como las francesas (hay mucho menos peaje) pero la que cruza Italia de lado a lado, cada vez que te acercas a una gran ciudad multiplica su tráfico por 10. Como siempre todos por la izquierda, vaya a ser que alguien quiera adelantar.

En cuanto a las áreas de servicio un desastre. No hay dónde sentarse. Y depende en cuál, hay que pagar primero en una cola e ir con el ticket a que te sirvan lo que has pagado previamente. Los baños no son tan limpios como cabría esperar, la gasolina carísima...No hay ni anécdotas y encima Fata se quitó la cámara y casi no hay fotos.

Parábamos lo justo para repostar, necesidades varias y seguir porque el calor empezaba a pesar cosa mala y prefería llegar al hotel cuanto antes, ducharme y poder pasar la tarde.

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El hotel estaba bastante a desmano y era una especie de casa rural difícil de encontrar. Para colmo, no había suelo firme y era una gravilla bastante peligrosa.

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Pero un hotel magnífico para pasar allí unos días, encima todo quedaba en familia, desde la que limpiaba hasta el cocinero eran todos familia. Muy recomendable Locanda Canareggio.

Dimos una vuelta por el pueblo, aprovechando las mosquitas del lugar para picarle a Fata lo que no está escrito 

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y volvimos al hotel para dar buena cuenta de una cena estupenda.

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Y a mimir, que por la mañana queríamos irnos pronto para llegar a Eslovenia y ver qué había en la casa, qué hacía falta comprar, etc. pero eso será mañana.






Día 3


Ruta día 3



Tras desayunar muy rico (teníamos el desayuno incluido y estaba el cocinero para 

cualquier cosa que pudiéramos querer) nos vamos muy temprano, en parte por huir 
del calor y en parte por no saber qué nos encontraríamos en Eslovenia. 

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Vamos a entrar por autopista. Es sábado, hace bueno y estamos al lado de la costa. Montones de italianos van con sus embarcaciones a cuestas o con la familia a las playas. Sin llegar a haber retención, el tráfico era algo más que denso y eso que era muy temprano.

La intención era parar en la primera gasolinera a repostar y comprar la famosa 

viñeta, que nos permitirá coger tantas autopistas como queramos durante una 
semana dentro de Eslovenia. Como digo siempre, merece mucho la pena y no es
nada caro. Pero hay muchos italianos que pasan al otro lado para repostar, que la
diferencia es importante, así que nos vamos adentrando en Eslovenia hasta dar con 
la segunda área de servicio. Comprar la viñeta, beber algo, necesidades varias y 
primera toma de contacto con los eslovenos. Simpáticos, amables y ellas muy guapas. Cuesta encontrar una fea. Hablan un idioma que no se entiende ni papa, pero es dulce y tiene un deje italiano, aunque nada que ver con el latín.


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Cogemos la autopista que nos llevará casi hasta casa. A diferencia de otros países 

con viñeta, aquí hay como un peaje, que hay que bajar la marcha y te controlan por
foto que llevas la viñeta, pero sin tener que detenerte. De vez en cuando nos pasaba
algún poli motorizado (tienen algunos la Fjr 1300) que iban en busca de algún listo.

Muy buenas las autopistas eslovenas, la gente conduce bien (rápido pero bien) y los 

parajes que vamos pasando nos confirman que hemos acertado con el país.

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El Tonto le ha sustituido este año a Jorge. Nos va guiando bien y nos saca más o 

menos donde tenía pensado (aunque al no tener street-view, no había podido ver 
nada del camino). ¡Menudo camino de cabras nos está llevando hacia la casa!

A eso pasa un señor en un 4x4, que si queremos cama nos mete en su granja 
que tiene varias habitaciones para alquilar. Aunque parezca mentira, todo el mundo 
habla inglés.

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Y tras no pocas peripecias, cruces imposibles y caminos tortuosos damos con la

casa. Llamámos al teléfono que tenía apuntado y estaban la señora y su hija 
ultimando la limpieza (serían las 10h30). Preguntamos las cosas típicas (dónde 
comprar, etc.) Fata hace un inventario de lo que hay en la casa y se pone a hacer 
una lista de la compra. Os la presento. Se echa en falta microondas u horno,
lavavajillas sólo habíamos tenido una vez, pero la lavadora viene de cine. Así que lo 
uno por lo otro.

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La señora Marija (hay mucha j pero se pronuncia i) habla correctamente en inglés,

pero la hija lo hace perfectamente. Nos indica que mejor ir a un súper grande, 
donde habrá más surtido aunque haya que ir con la moto. No pensaba volver cargado
como una mula andando. Así que una vez hecha la lista nos vamos a Bled. 

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Decidimos hacer un poco el guiri, para terminar haciendo la compra y volviendo a
casa. Nos tomamos una buena cerveza (hay que probar las cosas del sitio).  


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Decidimos hacer la excursión típica, un paseo en barca a remo hasta la isla, visita a la
iglesia que hay y vuelta al lugar de partida. Total 15€ por barba. Una turistada como 
otra cualquiera.

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Comimos un par de bocatas malos malísimos y caros carísimos y tras tomar un helado

 fuimos a hacer la compra, cargar la moto y de regreso a nuestra casa. Una vez todo
ordenado, investigar en la TV, pillar internet

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y a dar un paseo por los alrededores de la casa (no había absolutamente nada más que granjas y campo).

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El primer día, como manda la tradición, tortilla española, vimos un poco la TV y a 

dormir. ¿Os he dicho que las eslovenas son guapísimas? Pues eso, sigo sin ver una
fea, ni la cajera del súper.







Día 4



Ruta día 4



Este día iba a hacer mucho calor, pero empezaba con niebla y podía llover a lo largo
del día, así que 
aprovechamos para hacer una de las excursiones previstas, evitando los puertos de montaña y 
dejándolos para un día con visibilidad garantizada. Nuestro primer desayuno en casa, hacer nuestros 
bocatas de jamón que comeríamos durante el día en cualquier sitio y carretera. Además era domingo, 
así que había que huir de los sitios que pudieran estar muy frecuentados.
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Vamos a ir por Austria hasta el primer punto, para no repetir el camino a la vuelta y porque era más rápido. 
Te saca por un túnel que te cobran 6.5€, tiene 8 kilómetros y sales en Austria. 


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Vuelta a entran en Eslovenia
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Nuestro primer destino: Maribor.



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De ahí nos vamos a Ptuj, suena a escupitajo, pero se dice "Ptui" otra ciudad que hubiéramos disfrutado 

con un buen guía, pero no había ni información turística ni gente por la calle. 


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Antes de salir comimos algo y nos encaminamos a Celje.

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Aquí un pequeño inciso del país. Es muy parecido a Austria, pero le falta un plus de todo un poco. Limpieza, riqueza, las 

carreteras no tienen nada que ver, llenas de parches y de injertos de alquitrán. El abandono de muchos de los edificios 
oficiales y las pintadas, por decir algo, en Austria serían inconcebibles.


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Y nos vamos al siguiente punto, ya con mucho calor y más de 7 horas fuera.


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De aquí nos fuimos a un centro de vacaciones en la naturaleza que coincide con el centro geométrico de Eslovenia. GEOS.


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Bajamos de la moto, nos dimos una vuelta incluso tomamos algo para despedir el día


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Pero hasta que nos subimos para irnos no vimos el punto de las narices.


Vuelta a bajar, fotos de rigor que Fata lo recordaba muy bien de haberlo visto  en Internet.



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y ahí nos lió la primera de este viaje el GPS. 
Nos hace subir una colina con asfalto regular y nos mete en una pista sin asfaltar, 
llena de cuestas y 8.2 kms.


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Luego unos caminos de mala muerte unos 20 km, hasta que encontramos la carretera.


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Y ya directos a casa, comprar el pan para el día siguiente en una gasolinera y



tras cenar a dormir como niños 


que nos cansamos de verdad. Entre el calor
 y las casi 11 horas que estuvimos sin parar.... pero la aventura es la aventura.





Día 5


Ruta día 5



Desayunar, preparar los bocatas y a la moto antes de que empiece a apretar el calor.

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No es que no reparen las carreteras, pero es que le ponen muy poco empeño. 
Los grupos de trabajadores siempre eran así, tres hablando por el móvil, 
uno mirando... y los baches siguen ahí.

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Este iba a ser el día más motero de todo el viaje en Eslovenia. 
Íbamos a ascender los mayores picos de Eslovenia en los Alpes Julianos,

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después subir a una frontera natural con Italia. 

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No hay adjetivos ni fotos que hagan justicia de los paisajes que vimos. 

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Para volver por tramos que si estuvieran bien asfaltados serían la pera, kilómetros y kilómetros sin una recta.

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Lo peor del día, el calor. Mira que nos vamos en julio para no pasar los rigores del calor en agosto, pero nos ha tocado sufrir. 
Según la señora de la casa, más de 25º no es normal allí. De hecho en casi ningún sitio había aire acondicionado.

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Al final aprovechamos para volver a casa desde el lago, poner lavadora, hacer una cena importante y descubrimos dónde 
comprar el pan para los días siguientes.





Día 6


Ruta día 6



Arranca el día como siempre, temprano arriba, asear la casa, preparar los bocatas y a la moto.

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Este día era el de los grandes valles de Eslovenia.


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Lo que comentaba de las diferencias entre Austria y Eslovenia, muchos kilómetros son así, cuando pillas un trozo bien asfaltado, 

parece que la moto flota

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Una cosa es lo que se planifica en casa y otra in situ, lo que se puede hacer, porque varias de las rutas que llevábamos en el 

GPS eran auténticos caminos de cabras, imposibles de hacer en La Machine. Tras perdernos varias veces rehicimos la ruta 
hacia Bleiburg y tampoco decepcionó.

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Vuelta a Eslovenia y dejamos uno de los valles sin ver.  

Aquí como anécdota a Fata se le salió la patilla de las gafas. Entré en una tienda de ordenadores que tienen todo 

tipo de destornilladores enanos y estuvimos de cháchara con los chavales. Uno había estado en España y 
guardaba muy buen recuerdo. A beber que el calor estaba siendo sofocante




Hacía mucho calor y había que hidratarse.




(Parece Austria pero no lo es)


 (Nos adentramos en una zona muy boscosa)



 Te vas metiendo y metiendo en un bosque y al ser todo sombra se agradece mucho




(La temperatura bajó unos 8º)

Unos tronquitos y ya tenemos mesa


Sobre las 15h el calor se hizo insoportable terminamos la ruta y volvimos a casa, ducha y a disfrutar que estábamos en vacaciones, no obstante nos hartamos de ver paisajes increíbles


(De vuelta a la civilización el calor era insoportable)

Y de vuelta a casa a por nuestro premio


Iba a descargar un tormentón de los grandes. Al día siguiente sabíamos que llovería, así que el plan era ir a la capital Ljubljana (se pronucia Liubliana), pero ese sería al día siguiente.


Hasta aquí el día 6







Día 7


Este día iba a llover así que aprovechamos para ver la capital. Se coge un prospecto en la oficina de turismo y a patearse todo. Lo mejor, las eslovenas, cada vez más guapas, simpatía general y predisposición para ayudar siempre. Los edificios no valían casi nada por dentro, el castillo es mejor verlo desde abajo, que no hay nada para ver. Pero los edificios son preciosos aunque queda todavía una parte del comunismo que soportaron no pocos años. Os pongo las fotos a saco, porque no me acuerdo de qué era cada cosa. El que quiera peces que se moje el culo, que no está tan lejos. Merece la pena la visita.


(Teníamos que buscar esa iglesia para volver a la moto)


(Una notaría)




(Estropeando la foto)










Ni salimos nosotros ni sale el monumento





La de culos que tocará


Candados, zapatos...... suegras?? 













La costumbre cuando suenan las sirenas de la policía








El lavavajillas del bar




Sin mira, había que tirar a ojo.






 Y como estaba previsto llovió.

Me falta media.


 Uno de los símbolos de la ciudad



Están pero no hacen.

Véase la marca de la máquina...


Restos del comunismo.


Vuelta a la moto, a deshacer el tetris que habíamos armado para meter botas, cascos, chupas... en las maletas, vestirnos de romanos y para casita. Yo estaba fundido de tanto andar. Camino a casa volvió a llover, pero poca cosa.

Hasta aquí el día 7, mañana nos vamos a la costa.




Día 8







Nos quedaban dos días y de los dos este era el que menos calor iba a hacer. Pensando que las carreteras de la costa estarían con más tráfico.
De momento salir tempranito que sabemos que las vamos a pasar canutas por el calor. Nos acompañó una niebla fresquita se agradecía mucho.



 Salimos temprano hacia Idrija


 La niebla refrescaba.

Bonito eh?

 Foto en marcha, olé!


Bonito, pero una tortura.

Ahora por encima de la niebla.


El primer punto era el castillo de Idrija, catalogado por la Unesco. Llegamos y todavía estaba cerrado, aparcar la moto, dar una vuelta y visita al castillo. Por fuera es impresionante. Tal vez el pueblo que más me ha gustado de toda Eslovenia.






Y llegamos fresquitos.



Cosas de Fata.

Abrían a las 9h.

Pintado a mano, patrimonio de la Unesco.



Parece que va a levantar.


Levantar la niebla y empezar el calor fue todo uno. 


Ayuntamiento.

Pidiendo hora en la pelu.


Nos vamos ya con calor.


De ahí nos fuimos a la fortaleza de Stanjel, que no tiene absolutamente nada que ver (es una fortaleza sin más, pero hasta que no llegas no te das cuenta que no es ni visitable). Eso sí las pasamos canutas para dar la vuelta en un espacio mínimo.


 Otro tramo de enlace camino de Stanjel.


Fortaleza de Stanjel.

Díficil acceso, pero llegamos.


Ahora toca ir a los altos de Socerb, desde donde se divisa toda la bahía y la ciudad de Koper. Ver las vistas y bajar a Koper.


Desde lo alto de la colina, Socerb.


Con más calor que otra cosa, el día se empezaba a volver asfixiante. Aún así dimos un corto paseo por las callejuelas. Comer nuestros bocatas 


 Llegamos a Koper.


Palacio pretoriano.


Y caminito de Piran.


Bordeamos la costa hasta PIran.

No hay playa y se meten por cualquier sitio.


En Piran fue el único sitio donde nos costó aparcar, no había una sombra y llegamos literalmente cocidos. Se ve un pueblo precioso, pero con casi 38º se iba a poner a subir cuestas Rita. Nos sentamos en una terraza de un hotel y ni nos movimos.


 No puedo mássssss....


Sitio de lujo, peero sin moverse mucho.

Va a patearse el pueblo su tía 37º, pero bonito un rato.


Vista del puerto

Única sombra de todo Piran.


Ahora tocaba ir a la castillo de Predjama, una de las estampas típicas de Eslovenia.


 Y nos vamos hacia Predjama.


Otra de las postales de Eslovenia.



Aquí también hay unas cuevas que se pueden visitar un trozo en tren y otro andando. A Fata no le gustan los sitios cerrados así que nos conformamos con ver el castillo, como casi todo en Eslovenia, muy poco logrado.



Cutrerio por dentro. 

Lo más logrado de todo el interior.

Vistas desde el castillo.




Al salir nos topamos con un grupo de estudiantes japoneses, que viendo todas las pegatinas de dentro del top case, nos tomaron por Miguel Silvestre o algo así. Vídeos, fotos... casi nos piden autógrafos 😁 . Vuelta a casa que faltaban 115 km y ya estábamos realmente cansados.

Y hasta aquí el día 8.







Día 9



Nuestro último día en Eslovenia.
Empezamos temprano, para seguir la costumbre y vamos a visitar el castillo de Znezik.


Salimos hacia Znezik


Es privado y estaba cerrada la entrada al público, pero cómo se nota que está en manos privadas, mucha diferencia con los demás castillos que daban una imagen de abandono total. Hicimos las fotos que pudimos desde fuera.


 Privado y se nota 










Y vuelta a la moto, ahora camino de Ribnica.



Otra forma de secar paja.



Ribnica fué lo que más se ajustaba a lo que habíamos leído desde España. A Fata es lo que más le gustó del viaje. Unas fotos para el recuerdo.









Muchos recuerdos de la guerra.



Cruzamos los bosques más frondosos de Europa en Kocevje. 


Nos vamos hacia el Novo Mesto.

En cuanto había tres curvas ponían señal

Curioso, pero ni idea de qué es.

Artista mi artillera.




Todo esto para llegar a Novo Mesto, ciudad que hizo construir el Archiduque
Rodolfo IV de Austria y que ha sufrido innumerables guerras, conquistas y reconquistas.



Entramos en Novo Mesto.




Estaban tocando el órgano.


Ayuntamiento.



De ahí fuimos al Hotel-Castillo de Otocec, otro en manos privadas que está sobre una isla y es realmente bonito. Sólo por los coches y las motos que había en el párking te haces una idea de los precios que costará una noche ahí.



Hotel castillo Otocec 










Una de las decepciones del viaje fue Kostanjevica, que en los libros la llamaban la "Venecia eslovena". Un canal y cuatro barcas... Fata pilló tal cabreo que no sacó ni una foto. Estaba desierto, así que como destino turístico no creo que fuera muy fuerte. Aprovechamos para comer y tras comer por evitar una rama de árbol, nuestra ración de caída en parado de este viaje. Muy light, pero al suelo al fin y al cabo.

De aquí pusimos rumbo a el castillo de Brežiški. Nada de nada. Así que fotos del castillo.



El guardián del castillo. 





Y vuelta hacia Bled otro día más con mucho calor.



 Y vuelta a casa.

Fresquete.




Y ya teníamos que pensar en volver a casa. Pero antes Fata se tomó un pastel típico de Bled, que lo tenía entre ceja y ceja desde que salimos de Bilbao.




 El antojo de Fata, lo tomó el último día.

Ya se acaba, pero habrá más.




Llamar a la señora para pagarle, porque al día siguiente estaba anunciado mucho calor y nos íbamos a ir con las primeras luces. No era cosa de llamarla a las 5 de la mañana para pagar. Muy cariñosa y nos rogó le pusiéramos un correo al llegar a España.



Y esto es todo amigos desde Eslovenia.




Y hasta aquí el día 9.






Día 10









Tras nuestro último desayuno en Eslovenia, cogemos autopista hacia Austria para entrar en los Dolomitas lo antes posible y poder hacer sin mucho calor ni mucho tráfico cuanto más mejor.

Se sale de Eslovenia por el mismo túnel que salimos el día de Maribor




Adiós Eslovenia.









Pasamos el túnel de la frontera con Austria y se engancha autopista austriaca hasta Italia.

Algo había pasado al otro lado del túnel, porque había una retención de casi 20 kms. Era sábado y probablemente primer día de vacaciones para muchos.

Más tráfico del esperado para esas horas por las autopistas de Austria.



 16 kms. de retención para entrar y son las 6,30

Austria.



Enseguida llegamos a Italia y a los Dolomitas



Italia

 Dolomitas

Como cuando tenía 16 años.



Tengo una teoría y es que el que pintó las rayas en la carretera en Italia tenía una cafetera y se dijo: "no me adelanta nadie" es todo línea contínua, se pueda o no se pueda pasar.



 Línea continua infinita.




Lo que son subidas a puertos, una gozada.




Vamos a hacer algún puerto.

Sigue siendo mi asignatura pendiente.

 Una gozada para las motos.




Esto tal vez le suene a alguien



Desde arriba.



Lo que vamos dejando detrás.

 A por otro puerto


En la subida desaparece el tráfico.





Abajo en los valles había muchísimo tráfico. No se puede adelantar, pero los italianos adelantan con cualquier vehículo. Hasta que llegó una furgoneta y empezó a hacer el loco. Entre el peligro de cada adelantamiento y que el calor abajo no nos dejaba ni respirar decidimos abortar los últimos puertos y coger autopista hasta Brescia. Queda un año más pendiente hacer bien hecho los Dolomitas.



Y abajo otra vez la locura.




Comimos en un área de servicio y no sé cuántas veces paramos, pero cada 100 kms paraba porque no aguantaba el calor. Llegamos a pasar los 40º.



Una vez llegados a Brescia, no encontrábamos el hotel. Era una casa antigua, venida a menos y ahora alquilaban las habitaciones, pero por fuera nadie diría que era un hotel. La primera broma que estaba el aire acondicionado estropeado. Mire, cuando se encuentre a un español con cara de motero le cuenta ese cuento, pero en la reserva figura que hay aire acondicionado. O nos lo pone o nos vamos a otro sitio. Y no sé cómo, pero milagrosamente apareció una habitación con su aire acondicionado.



Sin tiempo de mucho más nos fuimos a cenar, muy bien. Casa di Mare se llamaba el restaurante.



Super caña

 Qué bien me come

Limoncello.




Y dormimos con el aire acondicionado puesto toda la noche. No refrescó casi nada.



Y hasta aquí el día 10







Día 11


Ruta día 11


Salimos de Brescia.




Había dejado el depósito casi vacío con la intención de revisar la presión de los neumáticos con la moto en frío, pero en Brescia ninguna de las gasolineras que paramos admitía la tarjeta. Así que nos encaminamos para la autopista, aquí el GPS empezó otra vez a hacer el bobo: "cruce la rotonda, primera salida, incorpórese en la autopista". Le obedecemos y salta "tome la primera salida" salimos y nos lleva a la misma rotonda y vuelta con la misma cantinela otra vez. Así que con un poco de sentido común entramos en la autopista dirección Milán. Todavía sin desayunar, y en la primera gasolinera de la autopista paramos, desayunamos, repostamos y revisé las presiones.


Se ve que insulté al GPS porque no dijo nada en el resto del viaje. Cuando tocaba desviarse hacia Génova no dijo ni mú y casi nos vamos a Milán. Sal paga, entra coge el ticket y a deshacer un tramo.

Era domingo y nunca había ido por la zona de San Remo, Mónaco, Cannes...me gustó, aunque había demasiado tráfico y todos por la izquierda.




Más de 30 túneles


Ahí abajo está Mónaco.



Nos cruzamos con un montón de 2CV que venían a una concentración en España.





2CV






Paraba cada medio depósito, beber y tomar algo



 Una sombra

Comida basura



Aquí la anécdota del viaje. Nos paramos en una gasolinera en la que coincidimos con un autobús de chinos. A eso que veo a uno que se compra una sandía y empieza a destrozarla a cachitos con una cucharilla de café. Le dejé destrozarse un poco las manos y luego le pedí a Fata que le dejara nuestra navaja. No había visto a chinas reírse así en mi vida. El pobre chaval, encima que estaba ofreciendo trocitos de sandía a todas....nos ofrecían trozos de sandía como quien te ofrece un gran tesoro.


Y otra ración de túneles




Montón de túneles encadenados.




Llegamos a Béziers, donde después de una ducha reparadora salimos a tomar algo.






Y a dormir que mañana nos quedaba todavía un buen trecho.

Esto se acaba 






Día 12




El plan era dormir sin prisa, no iba a hacer tanto calor y quedaba relativamente poco para llegar a casa.
Aún así a las 7 estábamos desayunando. Fata no suele tomar más que un vaso de zumo y un bollo y yo tampoco es que me ponga ciego. Normalmente nos cobran un desayuno y nos vamos. Nos tocó la idiota del viaje, que eran 5.90 x persona. Mire que ayer estuvimos hablando con su compañera....5.90 por persona y son dos. Mire que venga su jefe y charlamos. No está disponible. Pues no pago, lo siento. Ni uno ni medio. Entró en razón, nos cobró un desayuno y nos fuimos.

Nada de particular en todo el día, autopista y más autopista. Apuramos y llegamos a comer a Bilbao



Mi casaaaaaaaaaaaaa



Kilómetros totales.


Y esto ha sido todo amigos. Espero que hayáis disfrutado un rato.